El libro vs. la película 27/10/2015

Dos slogans muy comunes de la publicidad cultural, reflejo especular uno de otro, son: "basada en la novela tal" (en los afiches de cine, destacando lo exitoso del libro, lo prestigioso del autor, los premios que ganó, etc.) y "la novela que inspiró la película cual" (como faja en los libros, destacando lo exitoso de la película, lo prestigioso del director, los premios que ganó, etc.)

Es que la relación entre estas dos "bellas artes" llamadas Literatura y Cine, se expresa prosaicamente en la venta de dos productos típicos de la industria cultural: el libro y la película. Está claro que son dos lenguajes y soportes diferentes y que la obra literaria es producto de una sola persona y la cinematográfica de muchas, pero no caigamos en el extremo de decir que por ello no tienen nada que ver y que no tiene sentido compararlas. Hay dos opciones: leer y luego ver, o ver y después leer (la opción de hacer las dos cosas a la vez es un poco complicada). Como la literatura le lleva unos cuantos siglos de existencia de ventaja al cine y además tiene que haber un texto literario previo para cada película, lo habitual es que el libro anteceda a la película, como creación y como producto (hay excepciones y ya las veremos); pero una vez que están hechas ambas obras podemos elegir cual consumir primero. Claro, como en general una obra literaria debe ser publicada para que llame la atención de un cineasta, y una película demanda meses o años para concretarse, generalmente pasa que cuando sale la peli, al libro lo leímos hace rato. Podría pensarse que para qué ir a ver, por ejemplo, "La vida de Jesús" al cine si ya sabemos que al final lo matan porque lo leímos en un  bestseller milenario, pero hay muchos motivos para hacerlo: para disfrutar nuevamente de una obra que nos gustó, para ver la forma "real" de las caras, las voces, los paisajes que imaginamos; para descubrir nuevos sentidos en el relato; para aprender el arte de la adaptación cinematográfica, para ver cómo la industria (en general) o Hollywood (en particular), por interés comercial y/o ideológico cambia, mutila, endulza, tergiversa, empobrece o incluso (todo es posible) afina, potencia o mejora la historia en cuestión. Ya sea porque dan una película sobre una novela que leí y la quiero ver, o porque ahora que vi la peli quiero leer el libro, o que por azar termino viendo o leyendo algo que ya leí o vi, tengo en mi haber una buena cantidad de libros/películas que caen indefectiblemente en tres categorías:

1: adaptaciones bien hechas de buenos textos que logran buenas películas: algunas sublimes donde tanto el texto como el filme son extraordinarios: el cuento de James Joyce “Los muertos” (tit. original “The deads”, incluido en “Dublineses”) llevado al cine por John Huston (quien terminó dirigiendo en silla de ruedas y hemipléjico y fue estrenada póstumamente), acá se estrenó como “Desde ahora y para siempre”. Impecables,  el estremecimiento que me produjo la película me lo volvió a producir el cuento cuando lo leí.

Por supuesto que no es imprescindible que sean obras profundas, por ejemplo “Sueños de libertad” con Morgan Freeman y Tim Robbins sobre una nouvelle de Stephen King: “Rita Hayworth y la redención de Shawshank” es otro excelente ejemplo de buena literatura y buen cine de entretenimiento (como muchas de las obras de King llevadas al cine, en realidad).

2: películas que mejoran el texto en el que están basadas: mi caso favorito es “Blade Runner”, que es la adaptación de una novela de Philip Dick llamada “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” En este caso la eliminación de algunos personajes y subtramas (la esposa de Deckard y su religión) producen un resultado más redondo y potente, quizás más alejado de las intenciones del escritor, pero sin contradecirlo. Definitivamente la película es una obra maestra y la novela hace agua  y no me parece lograda.

3: películas que no dan la talla y son peores que el libro: creo que éste es el caso mas habitual, aunque tiene sus variantes: malas por que tergiversan el libro, por que están mal hechas, mal actuadas, etc. Un caso es “Forrest Gump”, una típica película de Hollywood sobre un “querible disfuncional”, no es un engendro propio de los guionistas sino que está basada en una novela homónima de Winston Groom, donde el personaje no es tan simple y sirve de pretexto para una ácida sátira de época. “Crónica de una muerte anunciada”, “La casa de los espíritus” dos ejemplos de bodrios sobre obras clásicas latinoamericanas.

Las excepciones a las que me refería son uno de los más desgraciados productos del merchandising hollywoodense: la novelización de una película, esto es una novela escrita siguiendo el argumento. Además de tener cero calidad literaria ya que ningún escritor de verdad aceptaría ese trabajo (¿o sí?), ninguna sorpresa puede depararnos esa lectura, ya que no puede diferir de lo visto, por ejemplo se publicó "Gladiador" una novela basada en el bodrio con Russell Crowe, ¿para qué leer esa historia si ya sabemos todo lo que va a pasar? En fin, pero esto no es todo, ya que hay libros basados en la película basados en el libro... sí, aunque Ud. no lo crea alguien escribió un libro "Alicia en el país de las maravillas" basado en la película "Alicia en el país..." basada en el libro de Lewis Carroll "Alicia en ..." (y hay varios ejemplos más).

El tema da para mucho, pero recomiendo como ejercicio intelectual, pretexto para ir al cine y más aún, pasar por la librería, la lectura y visión de una misma historia contada de dos maneras opuestas y complementarias: el libro y la película.


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